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    Malestares gastrointestinales leves

    Los bebés tienen un sistema digestivo en desarrollo, y esto incrementa su riesgo de tener malestares gastrointestinales leves, pero aquí te daremos una guía para ayudarte a superar esta etapa.​

    Testimoniales

    Los bebés no paran de llorar, es muy frustrante. En mi casa todos opinaban, mi mamá, mi suegra, mis cuñadas… todas creían que como tenían hijos más grandes ya sabían por lo que yo estaba pasando. Yo encima estaba súper sensible porque el post parto fue muy feo y no sabía como reaccionar. Además me metía a internet a buscar los síntomas de mi hijito y me salían cosas muy feas y graves, tenía hasta miedo de ir a un doctor a que lo vea. Cuando por fin me animé a ir me ayudó un montón con los tips que me dio,

    Llegamos a eso porque en cierto punto de la lactancia la bebe ya no toleraba la lecha materna, tuvimos 2 días de vómitos y luego de 3 días cólicos y malestar super fuertes. Hablamos con el pediatra y nos hizo unas recomendaciones y…. Santo remedio!!Mi sugerencia es que crean en sus instintos cuando sientes que algo nova bien y siempre busquen ayuda. Mi hija ya está grande, ahora toma Enfagrow Confort y nos va muy bien.

    A los 3 días que llevé a mi hija a casa empezó a llorar sin parar, desde las 6pm, a las 2am la llevamos a emergencias porque no se calmaba con nada: pañal limpio, alimentación completa,  clima templado. En emergencias me dijeron que podía tener una infección urinaria y hacerle el análisis fue complicado,  cuando por fin lo logramos… los resultados salen negativos y lo primero que me dice una doctora es que a mi hija le faltaba comida y que eso era todo. Volví a casa sintiéndome super mal, será que todo ese tiempo solo tuvo hambre? Ya eran las 6am y se empezó a calmar. La siguiente noche pasó lo mismo, y la siguiente lo mismo, Dentro de mi inexperiencia como madre primeriza, yo decía “ se supone que todos los bebés lloran un montón, así debe ser la maternidad”.

    Pasé unos días terribles hasta que conseguí cita con su pediatra y el diagnóstico fue claro, la lactosa no le estaba cayendo bien y le estaba causando dolor y cólicos en su todavía inmaduro sistema digestivo.

    Fueron unos días de no dormir y fueron suficientes para que se vuelva una pesadilla, una experiencia que no deseo que ningún padre pase. La impotencia de escuchar ese llanto de dolor es muy fea, quisiera haber sabido reconocer antes que su llanto no era “normal” como yo pensaba.

    (1). Iacono G, et al. Gastrointestinal symptoms in infancy: A population based prospective study. Diges Liver Dis. 2005;37:432-438